Rebelión, cabellos largos y estrambóticos, uñas pintadas de negro, depresión, lentes oscuros, dinero, sexo baile y fiesta.
Estos son solo algunos de los componentes a los que se someten y que conforman lo que están escuchando los jóvenes hoy en día. Sin embargo esto no quiere decir que hace 20 ó 30 años la música no despertará polémica en las generaciones anteriores, cabe mencionar que la música ha sido censurada y perseguida desde tiempos remotos. Actualmente los géneros existentes y vigentes popularmente entre la juventud son el rock, el reggae, el reguetón, el pop, la música electrónica, la bachata y la música ranchera. Y como bien sabemos que en gustos se rompen géneros, para que no se rompan otras cosas debemos saber que es lo que están escuchando nuestros hijos hoy en día. Así como nosotros ya sea en los 70’s 80’s y 90’s nos dejamos influenciar por una moda, un movimiento y una tendencia propias de cada época, debemos comprender ahora que la música se ha reproducido y se ha multiplicado de tal forma en la que así es como influencia a los jóvenes de nuestro presente haciendo posible formarse una idea de que pasará para los que vendrán en el futuro, cada corriente o género, subgénero trae su propia tendencia y parámetros estereotipados.
Lo que se escucha hoy tiene raíces con lo que se escuchaba antes, pero así mismo es también muy diferente porque evoluciona y seguirá así. Lo interesante es que “su” música repercute en su personalidad y en su comportamiento, es a través de su influencia musical con la que empiezan a experimentar con el sexo, las drogas, los tatuajes, los piercings y su propia espiritualidad.
El problema surge cuando la música que les gusta escuchar representa sentimientos y actitudes negativas, y cada tendencia tiene sus aspectos positivos y negativos. A los jóvenes y señoritas que escuchan rock les llamara la atención tatuarse, perforarse y experimentar con algunas drogas, los rastas amantes del reggae optan por llevar una vida más “abierta” y muchos empezaran a fumar marihuana libremente, cambiaran su dieta (de omnívoros a herbívoros o vegetarianos) y usarán el cabello largo y enredado sin peinarse y sin cortarlo tipo dreadlocks o rastas que en la actualidad es quizás más polémico que un tatuaje o un piercing por que es más “obvio”, los reguetoneros se verán envueltos en asuntos callejeros como las pandillas o maras y drogas, en los hombres será una ambición de poder, dominio y machismo y en las mujeres el materialismo, la desvalorización de su género y la prostitución, los emos son un caso quizás más delicado porque entregan su vida al sufrimiento, la depresión y en muchos casos la auto-mutilación, la anorexia y la bulimia aunque son fáciles de identificar por el corte de cabello y los clores negro y púrpura que utilizan, los fresas se aferran más a un mundo material y una humanidad más vacía y llena de complejos.
La idea es no prohibirles la música que escuchen pero sí guiarlos y velar porque extraigan los aspectos positivos de esta y aconsejarlos para que se formen un criterio y se den cuenta de cuanto se disfruta el poder apreciar la diversidad musical en toda su esencia.
Estos son solo algunos de los componentes a los que se someten y que conforman lo que están escuchando los jóvenes hoy en día. Sin embargo esto no quiere decir que hace 20 ó 30 años la música no despertará polémica en las generaciones anteriores, cabe mencionar que la música ha sido censurada y perseguida desde tiempos remotos. Actualmente los géneros existentes y vigentes popularmente entre la juventud son el rock, el reggae, el reguetón, el pop, la música electrónica, la bachata y la música ranchera. Y como bien sabemos que en gustos se rompen géneros, para que no se rompan otras cosas debemos saber que es lo que están escuchando nuestros hijos hoy en día. Así como nosotros ya sea en los 70’s 80’s y 90’s nos dejamos influenciar por una moda, un movimiento y una tendencia propias de cada época, debemos comprender ahora que la música se ha reproducido y se ha multiplicado de tal forma en la que así es como influencia a los jóvenes de nuestro presente haciendo posible formarse una idea de que pasará para los que vendrán en el futuro, cada corriente o género, subgénero trae su propia tendencia y parámetros estereotipados.
Lo que se escucha hoy tiene raíces con lo que se escuchaba antes, pero así mismo es también muy diferente porque evoluciona y seguirá así. Lo interesante es que “su” música repercute en su personalidad y en su comportamiento, es a través de su influencia musical con la que empiezan a experimentar con el sexo, las drogas, los tatuajes, los piercings y su propia espiritualidad.
El problema surge cuando la música que les gusta escuchar representa sentimientos y actitudes negativas, y cada tendencia tiene sus aspectos positivos y negativos. A los jóvenes y señoritas que escuchan rock les llamara la atención tatuarse, perforarse y experimentar con algunas drogas, los rastas amantes del reggae optan por llevar una vida más “abierta” y muchos empezaran a fumar marihuana libremente, cambiaran su dieta (de omnívoros a herbívoros o vegetarianos) y usarán el cabello largo y enredado sin peinarse y sin cortarlo tipo dreadlocks o rastas que en la actualidad es quizás más polémico que un tatuaje o un piercing por que es más “obvio”, los reguetoneros se verán envueltos en asuntos callejeros como las pandillas o maras y drogas, en los hombres será una ambición de poder, dominio y machismo y en las mujeres el materialismo, la desvalorización de su género y la prostitución, los emos son un caso quizás más delicado porque entregan su vida al sufrimiento, la depresión y en muchos casos la auto-mutilación, la anorexia y la bulimia aunque son fáciles de identificar por el corte de cabello y los clores negro y púrpura que utilizan, los fresas se aferran más a un mundo material y una humanidad más vacía y llena de complejos.
La idea es no prohibirles la música que escuchen pero sí guiarlos y velar porque extraigan los aspectos positivos de esta y aconsejarlos para que se formen un criterio y se den cuenta de cuanto se disfruta el poder apreciar la diversidad musical en toda su esencia.
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