Es inconcebible esta nueva realidad tan violenta, que paranoia, en serio. Que inestable que se siente todo, que inseguros. Tan inseguros que poco más de 60 días después de haber venido al mundo nos podemos ir de nuevo a ese indescriptible limbo al que nos conduce la muerte, en el que aún no sabemos si volveremos de nuevo como tanto nos lo prometen o si no hay nada, nada más que un vacío absoluto. Aunque, si es por alguna enfermedad o algún accidente propio de la vida misma, debe resultar natural y no ser tan espectral como para que un maldito de mente podrida nos la arranque así de romplón, por la salpicadura sangrienta de una de sus balas perdidas. Hasta dónde se ha llegado de bajo en este país. Que viles. Que ruines. En serio que mala imagen. Me conmovió mucho la muerte tan insulsa de ese bebé un pequeño que con apenas dos meses de vida, ya convertido en un nómada abordando un bus del transporte público con su madre hace su último viaje, porque es tal la incompetencia de nuestro paupérrimo Gobierno que no nos pueden garantizar la seguridad de nuestra integridad. Nos apostamos a una vil lotería que cobra muchas vidas cada día. Creo que preferiría jugar Ruleta Rusa en lugar de vivir en Guatemala. Ya demosle la vuelta a la página, cambiemos este fatidíco presente, está en nosotros el cambio, que ya no den ganas de irse a otro lado, que den ganas de vivir, gozar y disfrutar la vida aquí, eduquemonos más, cambiemos esa cultura de violencia que nos ensombrece y nos hunde. Re-encontremonos con la luz del horizonte, ¿Quien con una luz se pierde? Salgamos de este fango, levantemonos ya! Bien lo dice el sagrado Pop Wuj "Que todos se levanten, que no se quede ni uno ni dos atrás, que nadie se quede atrás de los demás". Ya es hora de dejar de escribir notas pesimistas, redireccionemonos, reconstruyamonos, volvamos al equilibrio, "Paz y Amor. Porque no hay nada mejor que hacer el amor en paz".
Parecía divagar y caer profundo en los vicios de exponer la conciencia, el alma, y todo lo relacionado con sus emociones y sus sentimientos. Así con la mente descompuesta iba y hacía, y volvía ¡Vivía!!!
Un escritor, un poeta, un artista. Eso era ese sujeto que caminaba con los hombros cargados de vivencias, tan pesados como sus pensamientos.
Podría ser acaso por llevar a tan pecho el espíritu de un Imox habitando dentro.
Apasionado y enamoradizo el sujeto ese.
El 2,007 un año más, quizás su año clave en la cuenta del tiempo. Un año para reinventarse, retorcerse, elevarse, en fin...
...encasill(“arse”) en vivir para la vida las cosas que esta le imponía.
Vio por fin publicado su primer libro. Aprendió a interpretar el Tarot, conoció muchos nuevos amigos, (vaya que salen historias de tales personajes, y sus diferentes y raras, también arriesgadas, aventuradas vivencias.
Y sí, “tiraba las cartas” y se las descifraba día con día a cientos de personas confundidas e intrigadas que preguntaban.
Primero empezó con 22 arcanos mayores y después de tres meses aprendió a manejar 56 arcanos menores y resultaba con 78 cartas y sus significados. Estaba poniendo la punta de sus dedos en los complejos senderos de la magia.
Hacía un repaso y un recuento de los aconteceres que se habían suscitado a diez meses de tiempo transcurrido porque el peso de la carga era demasiado. Y porque algunos asuntos casi siempre prefería dejarlos a última hora.
Por primera vez se develará una buena parte de los componentes que forman una vida. Todos necesitan de alguna especie de biografía.
Un libro de poesía experimental o experimento de poesía (que no son lo mismo) hizo su aparición absoluta en febrero de ese año, vaya poemario sufrido, desde su nacimiento a la fecha, distribuyéndose muy lentamente entre la gente. Los lectores y los no lectores. Una obra con un material interesante.
Y con pasos lentos el autor se empezaba a abrir una brecha importante en el mundo de las letras. Conocía gente y andaba...
Su aura cambiaba constantemente de color. Y se pegaba tremendos golpazos y choques con el amor y con toda la intensidad que reside en esa palabrita.
Mundanos sus días, sus ideales en formación, la denuncia y toda una caja de sorpresas por destaparse.
Sí, una serie de cuentos asombrosos por escribirse.
Un hombre en busca de buenas ideas y letras, tantas veces cometiendo toda clase de errores, tanto tratar, tanto intentarlo.
Rápidamente cambiaba el rumbo y resultaba en situaciones inexplicables, quizás algunas imposibles, alucinantes.
La última vez, por su pasión a los desvelos, estaba tan cansado que en algunos apuntes juró haber visto los velos de la muerte y algunos fantasmas delirantes que venían a arrancarlo, se sintió tan cerca de encontrase con algo descriptible como: “un fin y un principio”.
La mujer (su mujer) representaba el núcleo de su vida, (la musa que existe y late), por ella podía divagar sin rumbo o encausar apaciblemente el ritmo de sus pasos. Pero en este año la prueba era colosalmente fuerte, las cosas habían tomado un matiz bastante sombrío, y la separación era inminente porque las discusiones llevaban a las peleas y en las peleas llovían las ofensas, los insultos, y las heridas laceraban sus almas vulnerables. Los opacaba una distancia dolorosa, estaban lejos, y no aceptaban las condiciones, el respeto estaba perdido.
Él no podía avanzar así, su mente se entorpecía y no accedía a trabajar con un bloqueo tan abrumador. El amor su motor para la creación estaba fallando y lucía tan averiado que simplemente en cualquier momento dejaría de funcionar.
Aquí en este punto es dónde el hombre se flagela y queda a merced de la embestida del pesimismo, y la debilidad echa a saco roto la integridad de la conciencia.
La caída es inevitable y levantarse, la restauración es lo más difícil, se vuelve un reto poder recoger los restos de un ser devastado.
La escena se escribe tan trágica como se pinta, se esculpe o se musicaliza, pero su verdadero dolor reside en la “vivencia”. Algo que miles de cuartillas vertidas para su descripción serían insuficientes e intangibles.
El ocaso de un sujeto que se ve como se desmorona ante las aristas de la vida es esa historia incontable, mítica y se encierra entre una caja fuerte cual tabú, en el que nada se puede hacer por su rescate, en esta historia no hay héroes, un solo villano y ese es el amor, y un solo protagonista, un desafortunado sujeto que firmó (sin saberlo, y sin derecho a decisión) un contrato negro en el que recibió el maldito don del arte, pero también un mundo anverso que lo golpearía sin misericordia alguna…
